miércoles, 23 de septiembre de 2015

LLEGO EL OTOÑO




Tras los cristales,  las primeras gotas de lluvia aparecen en forma de pequeños hilillos resbaladizos, buscan con afán ser devoradas por la tierra seca del  verano agobiante que hemos pasado, también para muchas personas amantes de la naturaleza, su otoño es rebuscar en sus cansadas mentes los recuerdos de su infancia, primaveras muy lejanas que dejaron las huellas impresas de otros tiempos.
Hace aproximadamente diez días, vi pasar bandas de Abejarucos a gran altura, anunciando su ida emigrante hacia otros lugares. También vi Golondrinas siguiendo los márgenes del  río Corbones, buscaban su alimento en pequeños insectos voladores para afrontar su larga travesía, La Tórtola brillaba por su ausencia. 


El rastrojo de maíz quemado cerca del rio, desprendía un halo de calor húmedo donde una veintena de palomas Torcaces planeaban para ingerir su grano tostado,  parecía  todo tan diferente a otros tiempos, todo esto me hizo recordar muchos años atrás  donde el reloj parecía detenerse en la observación de pequeños detalles, que  con el Otoño cercano de la vida había olvidado, recordé aquellas Libélulas que de niño llamábamos Zapateros volando de manera inverosímil con gran rapidez entre los pastos de la orilla del arroyo, las había de diferentes colores, verdes amarillas, azules, pero sobre todo las que más me llamaban la atención eran las rojas, posadas en los juncos de la ribera alzaban el vuelo para aparearse y depositar su huevos en la charca más cercana, el olor a pasto seco del rastrojo de trigo, donde los chavales buscábamos Saltamontes para alimentar a pequeñas aves que iban creciendo con el paso de los días, porque una de las satisfacciones mas grande para un chaval de aquellos tiempos, era darle la libertad y observar su primer vuelo.

Los Cernícalos suspendidos en el aire donde los rastrojos de trigo en la vega de Carmona son muy numerosos han dejado de verse, la cadena alimenticia ha seguido su curso invadida por diferentes plagas en forma de productos químicos, envenenando la fauna y la flora de nuestros campos (Llego el otoño). A mis hijos, le inculque el respeto a la naturaleza a pie de campo, observaron y conocen la mayoría de las especies que tenemos en nuestro termino e incluso en gran parte de la sierra Norte. Mis nietos seguirán las pautas que sus padres le indiquen.

Llegará el invierno, frio, negro, calculador donde gran cantidad de las especies habrán desaparecido: Cierto día este verano pasado,  comentando con un labrador el problema de la disminución de las especies a causa de los productos químicos que envenenan  (Plaguicidas, herbicidas etc.) me dijo: “que no había más remedio de producir más y más para alimentar al mundo”, entonces pensé “NO HABRA OTRAS PRIMAVERAS”.




    Articulo escrito por : El alcaraván comí


domingo, 20 de septiembre de 2015

VIRGEN DE GRACIA

SALIDA 1964








SALIDA 1905 ( 0 ) 1911






SALIDA 1918







SALIDA 1972







SALIDA 1975
















BARCELONA - HERMANDAD DE LA VIRGEN DE GRACIA AÑO 1981








                            ARTICULO ENVIADO POR : RAÚL FERNÁNDEZ GARRIDO











martes, 15 de septiembre de 2015

EL LIMITE



Hoy quiero hacer hincapié en esta palabra por el significado que solemos darle , ya que esta palabra más que convivir en nuestro vocabulario la veo como la palabra herramienta que utilizamos en la situación "límite". Depende del momento al que nos referimos, limitarse a seguir unas pautas en la vida. 

¿Esta expresión significa hacer lo correcto lo largo del paso de los años de una persona?  , a lo que me quiero referir sobre esta palabra, es que es clave en decisiones más que acentuadas y mandadas por alguien o por ti mismo, me explico. Cuando alguien utiliza la expresión  ¡estoy al límite! , quiere dar entender que no puede pasar más de su umbral o situación según a lo que se ve sometido. Pero la cuestión es que la mayoría de las veces se puede pasar ese filo y no caer en la derrota del que narra esta expresión.
Todo ser humano tiene una percepción de dónde puede llegar, lo que nos pasa , es que cuando nos disponemos a estirar la palabra limite en la situación del todo o el nada, la verdad que las estadísticas en el ser humano son bastante bajas en el éxito y muy altas en el fracaso, ya que si de arriesgar se trata somos la especie más avariciosa de este mundo siempre que sea para conseguir su propia gloria.

Con esta reflexión solo quiero llegar al punto de partida de cada individuo que lea estas líneas, para remarcarles la pregunta del millón..... ¿cuál es vuestro límite?..porque creo que todavía a día de hoy es una palabra que no existe , ni para lo bueno ni para lo malo.

         Articulo escrito por : Fran Garrido






viernes, 4 de septiembre de 2015

EL VERANO DE LA AZUFAIFA



Entramos en Septiembre después de pasar un verano muy caluroso, donde las ganas de escribir sobre un borrador para confeccionar un escrito  se hace casi imposible, el letargo y la flojedad está a tono con la temperatura.
Un día de Agoto, de esto en los cuales se reúnen algunos  familiares cerca de la piscina y donde surgen algunos comentarios y anécdotas  casi siempre de tiempo pasados donde la vida fue difícil, uno de ellos me dio la idea y las ganas de empezar a escribir algunas cosillas referente a lo escuchado.

Uno de los tertulianos llamado Manuel Rodríguez, hombre muy entendido en las tareas agrícolas, pues su familia siempre se dedicó a la agricultura, comento una anécdota sobre algunas bayas que se comían antiguamente y que hoy la juventud las desconoce: hablamos de la Azufaifa, Manolo la nombra como “Azopaipa” y comenta, que en la vereda “Sevilla” existen todavía algunos árboles de Azufaifa, lo cual me dio la idea para escribir mi primer artículo después del verano.

En compañía de Manolo, me encamino por la vereda… ancha, arenosa, muy polvorienta, transitada por toda clase de vehículos e inclusive el paso de ganado. Cerca de las extracciones de albero donde la vagina virgen del Valle se encuentra, allí entre pencales (Chumberas) a la izquierda del camino Manolo me indica con su dedo índice extendido el lugar donde la Azufaifa crece de una manera tan virgen como las piedras de albero que dificultan la senda limpia y abierta por el ganado Caprino. Se ofrece a la vista este pequeño árbol (Azufaifo) de hojas caduca ligeramente dentadas, alcanza una altura de unos cuatro a cinco metros, las ramas están provistas de espinas. 

El fruto, de dos a tres centímetros tiene un sabor parecido a la manzana, cuando maduro se vuelve rojo oscuro, es muy parecido a la aceituna Manzanilla, e incluso el hueso es casi idéntico. Según la historia, en Asia fue cultivado hace más de 4000 años. Aparece relatado en la Odisea. Plinio nos cuenta que fue introducido desde Siria en tiempos de Augusto, pasando a extenderse por Europa. Tiene innumerables aplicaciones en medicina, un estudio sobre la forma de tratar el melanoma humano demuestran como actúa sobre las células infectadas sin afectar a las  células sanas, lo que significa las innumerables cualidades que quedan por descubrir de esta planta.

Después de observar el árbol detenidamente, alzo el brazo para coger algunos frutos y ofrecerlo más tarde a la familia para que lo caten. Las chumberas que se encuentran al otro lado de la senda, nos muestran sus frutos muy maduros señal de un Septiembre cercano, dejando un Agosto caluroso cuyas primeras gotas de lluvia lloraron lágrimas de barro, debido al polvo Africano en suspensión. “Buen Agosto para los lavaderos de coches.”


Sin que decir tiene que a nadie de la familia  le gusto el sabor de la Azufaifa, y menos a los niños, solamente a Manolo que sabia y recordaba su sabor, por las que comió en su juventud después de la guerra civil Española, cuando el hambre apretaba y había que mitigarla aunque fuese con Azufaifa, o emigrar a Alemania como el hizo. 

         Artículo escrito por: el alcaraván comí





martes, 1 de septiembre de 2015

MEMORIAS RELIGIOSAS



Inusitado movimiento se observa en Carmona durante toda la noche del 23 de junio, víspera de la natividad de San Juan Bautista. Las casas, abiertas é iluminadas en su mayoría, muestran el patio cuajado de luces y de flores, por entre las cuales circulan muchachas aderezadas con sus más elegantes trajes y joyas;en las puertas, é interceptando la vía pública, se ven corros de vecinos que, sentados en sillas, toman el fresco y charlan y ríen, esperando la hora de la media noche; y calles y plazas, solitarias de ordinario hasta el extremo de que en muchas de ellas forma la yerba espeso tapiz, están llenas de gente moza y alegre, que en bulliciosos grupos corre presurosa á buscar las candelas. 

Dan las doce y la animación y algazara llegan á su colmo. Todavía vibra en los aires la última campanada y grandes hogueras aparecen á la vez en cienpuntos distintos de la ciudad. Infinita variedad de combustible sirve de alimento á las candelas de San Juan. Desde la estera vieja y ya sin uso hasta la cesta de mimbres agujereada y maltrecha, y desde la silla ó butaca de anca desvencijada y rota hasta la leña de jara ú olivo, todo está allí hacinado en confuso montón, y todo es arrojado á las llamas á medida que la voracidad de éstas lo requiere. Turbas de chiquillos van y vienen, bullen y se agitan alrededor del fuego y lo avivan con atronadora gritería, mientras otros de más edad brincan por encima de él, poniendo especial cuidado en no chamuscarse las ropas, ni tocar con los pies carbones ó cenizas. En tanto que unos chicos atizan la hoguera y otros la saltan en todas direcciones, los preludios de la guitarra van reuniendo á los convidados, y antes de mucho la calle es pequeña para contenerlos á todos. Curioso ó interesane por demás es el espectáculo que ofrecen estas fiestas de media noche y al aire libre. Unas cuantas docenas de sillas (hay veces que pasan de ciento) están colocadas en circulo á la puerta de la casa de la familia que invita, y sentadas en ellas jóvenes á cual más lindas, vestidas de blanco por lo regular, llenas las cabezas de nardos y rosas y llevando en las manos las tradicionales castañuelas. Interpolados con ellas se ven gallardos mancebos y alguno que otro hombre ya maduro, todos galantes y decidores, y todos dispuestos á gozar y divertirse. Por último, uno cualquiera de los convidados, convertido en copero ó escanciador accidental, recorre los grupos de cuando en cuando y reparte á todos aguardiente y dulces. Detrás de las sillas, y formando como el marco de cuadro tan original, se destaca apiñada fila de curiosos, quo ora celebran la hermosura y donaire de las muchachas, ora se burlan de la torpeza de los galanes. La alegria es allí general. De repente el más completo silencio se hace en la reunión: es que la guitarra anuncia ser llegado el momento de que comience el cante. Principia éste. Una voz argentina y fresca hiende los aires y suspira y llora más bien que canta unas serranas ó unas jaberas. El encanto de aquellas coplas es indecible; todas rebosan tristeza y melancolía infinitas: son como el lamento de un pueblo que muere de nostalgia. El concurso, que ha estado pendiente de los labios de la cantadora, tan luego ésta termina rompe en aplausos, y los oleis y las palmadas se oyen por doquier. Con el cante alternan los bailes de palillos. Es de ver cómo cambia la fisonomía de la fiesta desde el punto y hora en que empiezan éstos. La música pierde su carácter sentimental y dulce para tomar el aire juguetón y alegre; la letra de las coplas se hace picaresca, de profundamente sentenciosa que era antes; y las mismas danzas, ligeras y graciosas, son tentadoras y provocativas en alto grado. Los bailes de palillos son para vistos, no para descritos. Figúrese el lector todas las pasiones de que es susceptible el corazón humano, traducidas en ademanes y gestos por una muchacha de bello rostro, negra y abundosa cabellera y esbelto talle, á los rojizos resplandores de una hoguera que presta al cuadro fantásticas tintas, y podrá formarse idea aproximada de lo que son esas danzas que tanto seducen y encantan á los andaluces.



EN CARNE VIVA