El ayuntamiento de Carmona también pago por la muerte de animales dañinos amparándose en la ley de caza entre los años 1944 y 1961. La Junta de extinción de animales dañinos en el periodo de tiempo antes citado, premiaban la captura de estos animales perjudiciales, tantos para la agricultura como para la ganadería, e incluso para la caza en sí, los alimañeros hacían sus capturas cobrando el canon establecido por piezas, presentando en los Ayuntamientos la prueba factible, como podía ser las patas del animal, o bien la cabeza. En el caso de zorros y jinetas, con presentar el “jopo” (cola) era suficiente.Los animales dañinos o alimañas, en nuestro término alcanzaban un abanico muy amplio, tanto en especies como en cantidad, como las rapaces, águilas, milanos cuervos, primillas, quebrantahuesos, halcones , búhos, zorros, jinetas, tejones, comadrejas, reptiles , eran los mas destacados.
Algunas de las rapaces eran cazadas para aprovechar los huesos de sus patas, y construir reclamos (pitos) para la caza de la codorniz con red. Los barberos o peluqueros, también compraban la piel de tejón para confeccionar las brochas , utilizadas para enjabonar la barba por la calidad de su pelo.Al perderse el habitad natural de estas especies debido al desarrollo económico e industrial, más la persecución de las mismas por alimañeros y cazadores, con todo tipo de métodos establecidos en la ley de caza de 1902, salvo con armas de fuego durante la veda, dejaron algunas especies al borde de su extinción. El movimiento ecologista en la década de los setenta, hizo que las administraciones publicas tomaran conciencias del problema, sacando la ley de caza de 1/1970, de 4 de Abril cuyo artículo 23, apartado 2, se refiere a los animales protegidos por la ley. A partir de entonces, se verá incrementada la población de estas especies en las tierras de Carmona, creando un problema para los cotos de caza tanto privados como sociales, además es comprensible que algunos depredadores como el zorro, busquen refugio en estas tierras ricas en conejos y perdices, teniendo un habitad tan diferente, pues en invierno se refugian en las márgenes de los ríos, trochas y vallados, pasando luego a las tierras de cultivos como el trigo y el girasol, sirviéndole todas estas circunstancias como una buena tapadera durante todo el año en la cornisa de los alcores, desde Ranilla hasta El Viso del alcor y las márgenes del rio Corbones son las preferidas de este depredador.
Las rapaces migratorias en el periodo de entrada, al paso por nuestras tierras determinan quedarse en ella por su riqueza cinegética, lo cual hace poca gracia a guardas y cazadores que siendo dueños de la caza en la tierra, ellas con su vuelo son dueñas del cielo.
